domingo, 14 de octubre de 2012

Bitácora de un Enólogo Argentino en California: Parte 2.

Mariano Maya, Enólogo, quién está trabajando para Kendall- Jackson esta temporada, nos trae la segunda parte de su viaje y estadía en California. Sus palabras.


UN COROLLA ENTRE LIMUSINAS Y DESCAPOTABLES
Por Mariano Maya, Enólogo.



Ya instalados en Healdsburg nos disponemos a buscar un vehículo para movernos por la zona, la idea es que el viaje se pague con lo que ganemos trabajando, y gracias al cepo bendito los dólares son pocos, así empezamos la búsqueda por la Craiglist (una conocida web  donde la gente vende desde suegras hasta casas) pero no resulto por los precios, porque estaban reventados, y porque después hay que venderlo cosa que nos pareció iba a ser complicada. En fin, el destino nos llevó a Jim, un tipo que alquila autos usados a los internos y pudimos conseguir tener auto, que era muy importante ya sea para ir a trabajar como para recorrer toda la zona, las 2 premisas de este viaje.

Empezamos a recorrer por donde Celi conocía que era la zona de Calistoga y Santa Helena en Napa.  Aquí hay dos formas de recorrer;  yendo rápido por la autopista de un pueblo a otro o bien atravesando pequeños pueblos llenos de viñedos por una ruta sinuosa de montaña donde se pueden ver los viñedos en las laderas, o disfrutar de los valles desde lo alto, el verde es casi una constante, así como las limusinas y los descapotables. ¿Adivina por dónde fuimos? ¡Claro! Llegamos a Calistoga, que a diferencia de Healdsburg todo sucede a lo largo de una calle principal, muchos restaurantes, salas de degustación de las bodegas más conocidas, pero se puede ver bastante humilde para lo que me venía mostrando este lugar, igual un lugar muy atractivo y de paso para quienes están recorriendo estos caminos del vino en moto, descapotable o limusina. Nos esperaba Rene que había trabajado con Celi en 2008 en Freemark y seria el guía en este primer pequeño tour. Empezamos en un lugar al que ella siempre había querido ir, me había hablado de el estando en Argentina y cuando llegamos al Castelo diAmorosa entendí por qué.  De dueños italianos, la historia es de gente con muchísimo dinero que empieza construyendo una bodega y que luego para vender su vino, que solo se vende ahí o por internet contactando con ellos, construyen un castillo para llamar la atención de los paseantes y posibles compradores (simple cuestión de marketing) el lugar es imponente, imaginen un castillo construido con estilo medieval  rodeado por viñedos, en la cima de una colina. Ahí podemos encontrar desde aceites de semilla de uva varietales, aceites de oliva, jabones con aroma de las diferentes variedades de vid y por supuesto sus vinos, bajamos a la cava que me recordó a algún bar por una especie de barra semicircular donde pagando por ella podríamos degustar 5 vinos, que debo decir son más que interesantes sobre todo el Cabernet y un Blend que a diferencia de Argentina aquí no suelen declarar la composición. Los blancos estaban muy bien pero sin sorpresas. Vivida la experiencia del Castelo di Amorosa, continuamos camino a Santa Helena pero con una parada obligada en Freemark.
Freemark Abbey es parte del gigante Kendall – Jackson que un día decidió cerrar la bodega pero por suerte mantiene la producción de sus excelentes vinos en otra de sus bodegas de napa. Recorrimos la bodega con Rene, es su segunda casa aunque ya no trabaje en ella, al momento de cerrar el era Cellar Master y mantiene el respeto de los empleados que trabajan ahí atendiendo las salas de degustación, lo que al momento de empezar a degustar dio sus beneficios…  Los vinos de Freemark  son realmente los que más me gustan de la zona los Cabernet son memorables y súper expresivos, nada se toma de menos de 4 años y yo podría probar un vino del año de mi nacimiento ahí si quisiera y pudiera pagarlo, tienen un muy amplio listado de Cabernet de diferentes característica de acuerdo al Terroir de donde provienen, mi favorito es el Bosche, aunque el Sicamore no tiene desperdicio y a esta altura además de experiencia estoy seguro que estos dos viajan conmigo para ser guardados algunos años más y descorcharlos en una ocasión especial, además me gustó mucho el Petite  Syrah y entendí que puede ser un buen reemplazo del Malbec en cuanto a parecido en aromas a frutos rojos, sabores complejos y buen cuerpo. En fin, luego de probar excelentes tintos de más de 12 años seguimos camino a Santa Helena con la bolsa llena de sabores nuevos,  buenos recuerdos y un Petite Syrah ’08 para el próxima BBQ.

Santa Helena es hermosa, tiene todo el glamour que le falta a Calistoga, acá se acaba la austeridad, calles con negocios de fachada pintoresca, caserones con frentes amplios y descapotables en la puerta y a cada rato una limusina que con su interminable pasar nos deja ver otro grupo de gente rumbo a un circuito de degustación de lujo que incluye las más exclusivas bodegas de Napa y Sonoma. Paramos al final de la calle en una especie de restaurante abierto donde las limusinas en el estacionamiento son señal de que la comida es buena, lugar que siempre quedara en mi memoria por ser donde encontramos Malbec en la carta, ahí estaba entre el Zin, el Cab, el auténtico Malbec de Argentina excelentemente  representado por Los Cardos de bodega Doña Paula, cosa que me lleno de satisfacción y me empezaría a hacer notar lo que significa el Malbec en el mundo y explicaría por qué en esta región donde se conoce de vino la gente al saber de nuestro origen pregunta por el Malbec y pide recomendaciones, pero eso es otra historia…
 

Junto con esta experiencia empezaríamos con nuestro trabajo en Vinwood Cellar, una bodega grande, para quienes les gustan los números puede albergar 12 millones de litros sin contar las casi 2mil barricas y la meta es convertir en vino 18 a 20 mil Tn de uva, si cuando dije grande lo decía enserio, pero a pesar del tamaño el trabajo y el ritmo habría lugar para la sorpresa y el aprendizaje en cuanto a diferentes maneras de trabajar, ya que la bodega elabora 3 etiquetas diferentes con sus correspondientes enólogos, asistentes de enólogos y un coordinador del grupo que asegura que los estilos de cada etiqueta se respeten y se trabajen a conciencia. Esto también es otra historia, quizá la próxima…

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