Mariano Maya, Enólogo, quién está trabajando para Kendall- Jackson esta temporada, nos trae la segunda parte de su viaje y estadía en California. Sus palabras.
UN COROLLA ENTRE LIMUSINAS Y DESCAPOTABLES
Por Mariano Maya, Enólogo.
Ya instalados en Healdsburg nos disponemos
a buscar un vehículo para movernos por la zona, la idea es que el viaje se
pague con lo que ganemos trabajando, y gracias al cepo bendito los dólares son
pocos, así empezamos la búsqueda por la Craiglist (una conocida web donde la gente vende desde suegras hasta
casas) pero no resulto por los precios, porque estaban reventados, y porque
después hay que venderlo cosa que nos pareció iba a ser complicada. En fin, el
destino nos llevó a Jim, un tipo que alquila autos usados a los internos y
pudimos conseguir tener auto, que era muy importante ya sea para ir a trabajar
como para recorrer toda la zona, las 2 premisas de este viaje.
Empezamos a recorrer por donde Celi conocía
que era la zona de Calistoga y Santa Helena en Napa. Aquí hay dos formas de recorrer; yendo rápido por la autopista de un pueblo a
otro o bien atravesando pequeños pueblos llenos de viñedos por una ruta sinuosa
de montaña donde se pueden ver los viñedos en las laderas, o disfrutar de los
valles desde lo alto, el verde es casi una constante, así como las limusinas y
los descapotables. ¿Adivina por dónde fuimos? ¡Claro! Llegamos a Calistoga, que
a diferencia de Healdsburg todo sucede a lo largo de una calle principal,
muchos restaurantes, salas de degustación de las bodegas más conocidas, pero se
puede ver bastante humilde para lo que me venía mostrando este lugar, igual un
lugar muy atractivo y de paso para quienes están recorriendo estos caminos del
vino en moto, descapotable o limusina. Nos esperaba Rene que había trabajado
con Celi en 2008 en Freemark y seria el guía en este primer pequeño tour.
Empezamos en un lugar al que ella siempre había querido ir, me había hablado de
el estando en Argentina y cuando llegamos al Castelo diAmorosa entendí por qué.
De dueños
italianos, la historia es de gente con muchísimo dinero que empieza
construyendo una bodega y que luego para vender su vino, que solo se vende ahí
o por internet contactando con ellos, construyen un castillo para llamar la
atención de los paseantes y posibles compradores (simple cuestión de marketing)
el lugar es imponente, imaginen un castillo construido con estilo medieval rodeado por viñedos, en la cima de una
colina. Ahí podemos encontrar desde aceites de semilla de uva varietales,
aceites de oliva, jabones con aroma de las diferentes variedades de vid y por
supuesto sus vinos, bajamos a la cava que me recordó a algún bar por una
especie de barra semicircular donde pagando por ella podríamos degustar 5
vinos, que debo decir son más que interesantes sobre todo el Cabernet y un
Blend que a diferencia de Argentina aquí no suelen declarar la composición. Los
blancos estaban muy bien pero sin sorpresas. Vivida la experiencia del Castelo
di Amorosa, continuamos camino a Santa Helena pero con una parada obligada en
Freemark.
Freemark Abbey es parte del gigante Kendall
– Jackson que un día decidió cerrar la bodega pero por suerte mantiene la
producción de sus excelentes vinos en otra de sus bodegas de napa. Recorrimos
la bodega con Rene, es su segunda casa aunque ya no trabaje en ella, al momento
de cerrar el era Cellar Master y mantiene el respeto de los empleados que
trabajan ahí atendiendo las salas de degustación, lo que al momento de empezar
a degustar dio sus beneficios… Los vinos
de Freemark son realmente los que más me
gustan de la zona los Cabernet son memorables y súper expresivos, nada se toma
de menos de 4 años y yo podría probar un vino del año de mi nacimiento ahí si
quisiera y pudiera pagarlo, tienen un muy amplio listado de Cabernet de
diferentes característica de acuerdo al Terroir de donde provienen, mi favorito
es el Bosche, aunque el Sicamore no tiene desperdicio y a esta altura además de
experiencia estoy seguro que estos dos viajan conmigo para ser guardados algunos
años más y descorcharlos en una ocasión especial, además me gustó mucho el
Petite Syrah y entendí que puede ser un
buen reemplazo del Malbec en cuanto a parecido en aromas a frutos rojos,
sabores complejos y buen cuerpo. En fin, luego de probar excelentes tintos de
más de 12 años seguimos camino a Santa Helena con la bolsa llena de sabores
nuevos, buenos recuerdos y un Petite
Syrah ’08 para el próxima BBQ.
Santa Helena es hermosa, tiene todo el
glamour que le falta a Calistoga, acá se acaba la austeridad, calles con
negocios de fachada pintoresca, caserones con frentes amplios y descapotables
en la puerta y a cada rato una limusina que con su interminable pasar nos deja
ver otro grupo de gente rumbo a un circuito de degustación de lujo que incluye
las más exclusivas bodegas de Napa y Sonoma. Paramos al final de la calle en
una especie de restaurante abierto donde las limusinas en el estacionamiento
son señal de que la comida es buena, lugar que siempre quedara en mi memoria
por ser donde encontramos Malbec en la carta, ahí estaba entre el Zin, el Cab,
el auténtico Malbec de Argentina excelentemente
representado por Los Cardos de bodega Doña Paula, cosa que me lleno de
satisfacción y me empezaría a hacer notar lo que significa el Malbec en el
mundo y explicaría por qué en esta región donde se conoce de vino la gente al
saber de nuestro origen pregunta por el Malbec y pide recomendaciones, pero eso
es otra historia…
Junto con esta experiencia empezaríamos con
nuestro trabajo en Vinwood Cellar, una bodega grande, para quienes les gustan
los números puede albergar 12 millones de litros sin contar las casi 2mil
barricas y la meta es convertir en vino 18 a 20 mil Tn de uva, si cuando dije
grande lo decía enserio, pero a pesar del tamaño el trabajo y el ritmo habría
lugar para la sorpresa y el aprendizaje en cuanto a diferentes maneras de
trabajar, ya que la bodega elabora 3 etiquetas diferentes con sus
correspondientes enólogos, asistentes de enólogos y un coordinador del grupo
que asegura que los estilos de cada etiqueta se respeten y se trabajen a
conciencia. Esto también es otra historia, quizá la próxima…
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